Francisco Hernandez Marcos

Anoche cenando con unos amigos tuvimos una especie de brainstorming sobre multitud de temas. Lo bueno de los brainstormings es que acabas en los temas más insospechados. Creo que empezamos hablando de las patentes sobre los medicamentos y acabamos discutiendo formas alternativas de energía. Una de las ideas sobre las que di vueltas fue la posibilidad de poder obtener energía en forma de calor mediante el enfriamiento radical de objetos. Esta noche creo que he soñado con el tema y ahí van mis nuevas ideas.

ACLARACIÓN: Se perfectamente que lo que voy a proponer puede considerarse que viola el segundo principio de la termodinámica, pero he de decir que muchos principios físicos aparentemente inviolables han sido matizados más tarde. Sin ir más lejos, los principios de conservación de la masa y de la energía (primer principio de la termodinámica) ahora son perfectamente violables al agruparse en un “principio de conservación de la masa-energía” (gracias a Einstein…). Muchas veces los principios físicos son relativos puesto que están formulados en épocas donde el conocimiento del fenómeno es todavía incompleto. A medida que la ciencia y la tecnología avanzan muchos principios han de ser reformulados. Tenemos que tener en cuenta este hecho para no restringir nuestra creatividad innecesariamente.

BASE DE PARTIDA: Supongo que el calor es una manifestación del flujo de energía en tránsito del cuerpo “caliente” al “frío” resultante de la mayor agitación de las partículas atómicas del cuerpo “caliente”, su energía interna vamos. La cuestión es: ¿Podemos parar o ralentizar la agitación cinética de las partículas de un cuerpo o sustancia para obligar a expulsar esa energía a sus cuerpos adyacentes, aunque estén más calientes?

PROPUESTA: Yo creo que la solución estaría en la nanotecnología y/o en el magnetismo.

a) Nanotecnología: supongamos que tenemos un fluido que al aplicarle una sustancia diseñada con nanotecnología conseguimos que se congele a temperatura ambiente y entonces que libere energía cuando y donde queramos. La misión de la “sustancia nanotecnológica” sería construir una estructura a nivel molecular dentro de la “sustancia base” que obligue a sus partículas a reducir su agitación interna (energía interna). La sustancia nanotecnológica podría crear una red de celdas que virtualmente encierre el movimiento de de la sustancia base. Imaginemos ahora que la sustancia base es el agua de mar, y que basados en esta tecnología pudiéramos construir centrales de energía que tomen agua del mar y devuelvan bloques de hielo al océano.

b) Magnetismo: Aquí mis ideas se basan en dos cosas: i) Las naturaleza atómica/molecular de cualquier sustancia es eminentemente magnética. ii) La capacidad de movimiento de una partícula es menor en 2 dimensiones que en 3 dimensiones, y menor aún en 1 dimensión. Por tanto, el modelo tecnológico consistiría en coger la masa que queremos enfriar y someterla a un campo magnético de tal forma que se obligue a las partículas a vibrar en una dimensión. Al verse tan restringidas en su movimiento, las partículas no tendrían más remedio que vibrar menos y por tanto liberarían su energía, sospecho que en forma de calor, independientemente de la temperatura del cuerpo adyacente.

Esto son sólo unas ideas locas de un dominguero científico como yo. Estoy seguro de que he cometido unos cuantos errores de concepto y técnicos. Además, aunque hubiera cierta dosis de razón en estos planteamientos, el llevarlos a cabo requeriría de muchos años y millones de euros de desarrollo. Pero creo que es mejor haber escrito este post otro titulado “101 maneras de cuidar tu cutis”. Por lo menos ataca con cierta dosis de espíritu constructivo el uno de los mayor problemas que tiene el planeta.

Actualización:

Tras un par de comentarios muy críticos sobre este post descubro felizmente que hasta hay un físico portugués que se atreve a desafiar la teoría de la relatividad de Albert Einstein diciendo que la velocidad de la luz puede que no sea constante. Abert Einstein estaría muy orgullos de él a buen seguro, sea o no cierto lo que dice.